Cabalgando las nubes, fieles a su cita anual, cada noviembre las bandadas de grullas sobrevuelan las llanuras entre las comarcas del Campo de Daroca y del Jiloca.
Vienen de los países del norte de Europa, en un viaje de más de 4.000 km con punto de parada y reunión en la Laguna de Gallocanta. Se estima que en total pasarán por este lugar unas 180.000 grullas.
Son animales asutadizos que tan pronto como detectan la presencia humana alzan el vuelo, avisando a sus colegas con un sonoro trompeteo.
Al cabo de unos días, reemprenden su camino hacia los humedales extremeños donde pasarán el invierno.
La laguna quedará llena de vida, pues alberga casi 200 especies de aves, pero sin sus pobladores más notorios, los que le han dado fama entre los amantes de la Naturaleza de toda Europa. En primavera volverán las grullas en su regreso a las tierras nórdicas.
